Y ahora, cuando parecía que esto no acabaría, que podríamos seguir así, juntos, sin ninguna preocupación, llegó la realidad y nos hizo abrir los ojos, y, en ese momento todo se volvió patas arriba.
Yo tenía que irme, pero tú te quedarías, nos separarían cientos de kilometros, e íbamos a pasar mucho tiempo separados.
No importa lo mucho que intentásemos alargar el verano, porque aún así éste llegó a su fin, y con éste también el nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario