lunes, 23 de abril de 2012

Historias de una adolescente (II)

Todo ocurrió un verano cualquiera. Cloe pasaba ese verano en la casa de sus abuelos, en un lugar cercano de la costa, para ella solo sería otras vacaciones de verano, pero lo que le esperaba allí era mucho más que eso.
El día que Cloe llegó a la casa de sus abuelos se enteró de que su antigua vecina se había mudado, y ahora en su casa vivía una familia, así que lo más apropiado era darles la bienvenida.
Preparó un pequeño pastel de manzana y con paso firme y seguro llegó hasta la puerta de sus nuevos vecinos,y de una forma casi elegante llamó a la puerta, y, alguien la abre.
Esos segundos parecieron eternos para Cloe, su corazón de repente empezó a latir más rápido y más lento en ese mismo momento, era como si le fuese a estallar.
-Hola-exclamó el chico de la puerta.
Era un chico alto de cabello oscuro; sus ojos verdes, parecían un pozo sin fin.
-Hola- fue lo único que consiguió decir.- He preparado este pastel para daros la bienvenida, espero que os guste.
-Gracias- dijo el chico amablemente cogiéndolo- Por cierto me llamo Max, ¿y tú?
-Yo...yo soy Cloe- sus mejillas empiezan a tomar un color rojo.
-¿Te apetece pasar?
-Claro.
Las semanas siguientes Cloe y Max fueron inseparables, siempre estaban juntos, nadie era incapaz de separarlos. Pero el verano llegaba a su fin y Cloe debía volver a su casa. Por eso la noche anterior a su vuelta a casa, Max la invitó a cenar, y después de su cena fueron a dar un paseo por la playa.
-Así que mañana te vas.
-Así es- responde ella algo triste- Pero las próximas vacaciones estaré aquí de vuelta.
-Claro, pero eso queda un poco lejos y creo que no podía esperar tanto para...
-¿Para qué?
-Para decirte lo mucho que te quiero- y de forma casi instantánea Max acerca a Cloe y le besa.
Por un momento Cloe creía que estaba soñando, que flotaba en las nubes pero por mucho que así fuera mañana se iría  y no volvería a verlo hasta el próximo verano.
La mañana siguiente Max se despidió de Cloe y le regaló un colgante en forma de un pequeño corazón para que así se acordara de él, además prometieron que se visitarían mutuamente durante todas las vacaciones y puentes que hubiera, y así fue.
Puede que para muchos solo fuera un amor de verano, pero para Cloe y Max fue mucho más que eso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario